«MI SOLEDAD NO DEPENDE DE LA PRESENCIA O AUSENCIA DE LAS PERSONAS…», ¿ASÍ HABLÓ ZARATUSTRA?

Los lectores no pueden hacerse una idea de lo vasto que es el universo de las falsas atribuciones. Deben saber que, probablemente, de las cinco o seis citas motivadoras que lean hoy entre los perfiles amigos o entre los sugeridos o la publicidad, probablemente, cinco sean falsas. Menciono el ámbito de los perfiles de redes sociales porque es el medio en el que las falsas atribuciones se mueven como pez en el agua, ya sea por la vanidad del personal que quiere lucirse, ya sea por la actitud tan acrítica con la que hoy se acepta todo con tal de que vista bien. Y así, precisamente, es el modo en que ha aparecido la falsa atribución de hoy, pues me salta como sugerencia la publicación de un tipo —mantengamos su anonimato— que daba pábulo a la misma. La cita, como no podía ser de otra manera, tiene toda la carga pueril y simplona que pretende hondura espiritual, sabiduría zen, y no pasa de ripio tonto, y dice así: «Mi soledad no depende de la presencia o ausencia de gente; por el contrario, odio a quien roba mi soledad sin, a cambio, ofrecerme verdadera compañía». El adjudicatario: Nietzsche.

Puedo alegrarme esta vez de que la falsa atribución no se dé en el ámbito académico ni en enjundiosas publicaciones, que yo haya visto. No, circula por webs de citas celebres, por las redes sociales, incluido el Twitter (o lo que era Twitter) de Alianza Editorial, que en febrero de 2018 empleaba esa cita para promocionar su colección de obras de Nietzsche. Alguien debió corroborar en Alianza la atribución, antes de meter la pata. En algunas publicaciones encontré que referenciaban Así habló Zaratustra como fuente de la frase de marras, aunque en el archiconocido libro no encontrarán nada si se ponen manos a la obra. Lo que es más, uno puede encontrar en este libro aforismos que contradicen la cita, como el siguiente: «Prefiero compañía escasa a mala: sin embargo, tiene que venir e irse en el momento oportuno. Esto se aviene con el buen dormir» (I Parte, Los discursos de Zaratustra: De las cátedras de virtud). Como en otras ocasiones, pude contrastar en las obras digitalizadas del filósofo que no existe este pasaje en ninguna de ellas, ni literalmente, ni con otras palabras. Tampoco entre la correspondencia editada.

Pensando que Nietzsche escribía en alemán, se me ocurrió buscar la dichosa cita en esta lengua y comprobar si también se daba la falsa atribución. Y corroboré que también en alemán existe, sí, con la siguiente versión: «Meine Einsamkeit hängt nicht von der Anwesenheit oder Abwesenheit von Menschen ab; im Gegenteil, ich hasse es, wer meine Einsamkeit stiehlt, ohne mir im Gegenzug echte Gesellschaft zu bieten». De nuevo topé con la cita en redes sociales, páginas motivacionales, psicoanálisis, pero en ninguna de las obras de Nietzsche en su idioma original aparece nada similar. Igualmente, tenemos versión en inglés, y es la siguiente: «My solitude doesn’t depend on the presence or absence of people; on the contrary, I hate who steals my solitude without, in exchange, offering me true company». Y en francés: «Ma solitude ne dépend pas de la présence ou de l’absence de personnes; au contraire, je déteste celui qui vole ma solitude sans, en échange, m’offrir une vraie compagnie».

Incluso, y me ha resultado divertido, hallé posteos y libros en los que la frase no se adjudica a Nietzsche ni se trata como cita, sino como palabras propias de quien ha escrito el post o el libro. Así, daba con el libro L’ébène crucifiée ou les pleurs aux larmes noires (2023) de Delphin Albath-Sadiki, que literalmente reproducía la cita, pero sin entrecomillar, sin mencionar siquiera a Nietzsche… como si fuese texto propio. Uno podría pensar que estaríamos ante la persona responsable de la frase, si no fuese porque el libro es de 2023 y la cita es rastreable bastantes años atrás. De hecho, un post de marzo de 2020 en Times of India, escrito por Tushar Mehta, hacía exactamente lo mismo, pero en inglés, dos años antes, adicionando un par de adjetivos a la que sería la falsa cita original. Vamos, que tenemos a plagiadores de una falsa atribución… ¡sorpresas te da la vida!

Una frase, de factura análoga, de C. G. Jung en Recuerdos, sueños, pensamientos dice: «La soledad no viene de no tener gente a tu alrededor, sino de no ser capaz de comunicar las cosas que te parecen importantes, o de mantener ciertos puntos de vista que otros consideran inaceptables». Acaso vayan por aquí los tiros, cuando precisamente Jung dictó conferencias sobre el Zaratustra de Nietzsche.

También es curioso, ya que menciono el Zaratustra, y ahora que tres cuartas partes del mundo están polarizadas con la IA y ChatGPT, que incluso este recurso afirma que la manida cita se encuentra en Así habló Zaratustra; y esto a pesar de que, como he indicado, una simple búsqueda en el texto digitalizado del libro en cualquiera de los idiomas mencionados (alemán, inglés, francés y español) devuelve cero coincidencias. Solo al insistir que tal cita no aparece en ese libro, la IA seleccionaba otra información que darme, la que confirmaba que no hay constancia de que Nietzsche escribiera algo así. Es decir, ChatGPT solo parece reflejar la respuesta sostenida por mayores resultados en la red, lo que es muy similar a que yo haga por mi cuenta la búsqueda a través de un navegador, tanto en un sentido como en otro. Solo así la IA puede afirmar una cosa y su contraria acto seguido, cuando el propio usuario corrige, lo que implica que el usuario debe saber previamente la respuesta a su pregunta o ChatGPT le estará dando información errónea. No deja esto, una operación tan sencilla, en muy buen lugar a la IA que escribe sesudos ensayos pero no logra corroborar adecuadamente una cita de Nietzsche.

Si atendemos a la cita y su formulación, debería llamarnos la atención su simpleza al conjugar meramente cuatro palabras de sentidos paradójicos entre sí: soledad-compañía, ausencia-presencia. Estos dos pares se ven interconectados con otra palabra de grave sentido que debería ponernos alerta, con las orejas tiesas, si de Nietzsche hablamos: el concepto de verdad. Es el adjetivo verdadero(a) el que interconecta la soledad y la compañía, y es de este adjetivo del que recibe el aforismo esa aura filosófica tan ramplona cuando uno lo piensa dos veces. ¿Qué quiere decir «verdadera compañía»?¿Tendría algún sentido que el filósofo, tan crítico con el dogmatismo de un concepto como el de verdad, concepto nacido en el seno de la peor tradición metafísica y aporijado por el cientificismo; que el filósofo de la apariencia como única realidad, lo utilizase tan alegre y despreocupadamente aquí? No lo haría, ni como filólogo ni como filósofo. Acaso lo pondría en boca de otro personaje para combatir el concepto, pues arremetidas de este tenor no faltan en Zaratustra, ni en Verdad y mentira en sentido extramoral ni en otros:

Ser verdaderos – ¡pocos son capaces de esto! Y quien es capaz ¡no quiere todavía! Y los menos capaces de todos son los buenos.
¡Oh esos buenos! – Los hombres buenos no dicen nunca la verdad; para el espíritu el ser bueno de ese modo es una enfermedad.
Ceden, estos buenos, se resignan, su corazón repite lo dicho por otros, el fondo de ellos obedece: ¡mas quien obedece no se oye a sí mismo!
Todo lo que los buenos llaman malvado tiene que reunirse para que nazca una verdad: oh hermanos míos, ¿sois también vosotros bastante malvados para esa verdad?
La osadía temeraria, la larga desconfianza, el cruel no, el fastidio, el sajar en vivo – ¡qué raras veces se reúne esto! Pero de tal semilla es de la que  ¡se engendra verdad!
¡Junto a la conciencia malvada ha crecido hasta ahora todo saber! ¡Romped, rompedme, hombres del conocimiento, las viejas tablas!

(Zaratustra, III parte, De tablas viejas y nuevas, 7)

Esta falsa atribución la he encontrado citada y adjudicada a Nietzsche en inglés en 2014 en la versión británica del HuffPost y la primera vez que aparece en redes en inglés se remonta a agosto de 2012. En septiembre del mismo año, empieza a aparecer también en español y en noviembre en francés. En alemán la encuentro a partir de mayo de 2017.

Coincidencias, además de Jung, que podrían haber servido de fuente son las siguientes. De 2011 es el ensayo «Soledad y comunidad en el pensamiento de Nietzsche» de Céline Denat, especialista en la filosofía del lenguaje y del pensamiento de Nietzsche. En este texto, Denat afirma en un momento dado «La soledad no es ante todo una cuestión de espacio, de presencia o de ausencia, y por eso Nietzsche exige que, lejos de una visión tan simplificadora, finalmente se aprenda lo que es la soledad para eventualmente poder reclamar estar genuinamente solo» (PhaenEx vol. 6, n° 2 (automne/hiver 2011) : 29-7. p. 34). Se trata de un enunciado que solo comparte un segmento de la cita, y que, desde luego, ni es de Nietzsche ni contiene lo sostenido por la cita investigada, sino que son las palabras de Denat con las que expresa una idea de Nietzsche, que encumbra la soledad más que la compañía, a partir de varios fragmentos de las obras de este. Podría ser, entonces, que la cita no surge de la mano de Nietzsche, sino que se trate de una creación a partir de la interpretación de sus textos. También hallo otra frase similar en francés, en el número 59 de Écriture (2002) en el texto Journal Interrompu del longevo novelista amigo de Camus, Jean Bloch-Michel: «la solitude ne dépend pas toujours de l’absence ou de la présence des autres». Sobre todo, llamativo, aunque también tópico, es la reiteración que vemos del sintagma «presencia o ausencia de [personas, gente, otros…]» relacionado con la soledad en unos y otros casos.

El auténtico origen es, desde luego, un misterio más en el universo de las falsas atribuciones. Bien puede provenir de una malentendido a partir de un comentario interpretativo que alguien cita a continuación como pensamiento de Nietzsche, sea Jung, sea Denat etc., hasta que alguien lo entrecomilla como cita directa y genera el error; bien puede tener una mano anónima la mala intención de generar una falsa cita desde el principio. Lo que hasta aquí puedo afirmar es que se trata de una falsa atribución reciente, nacida con el nuevo milenio, muy joven, razón por la que aún no la veo referida en la literatura académica como otras cuya larga vida sin contraste las ha validado solo por la repetición acrítica. Veremos si queda ahí, o si, en efecto, se amplifica hasta su ciega instauración en la academia.

Héctor Martínez

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